jueves, 4 de marzo de 2010

22ª entrega - CELCE Magazine Nº 55 Junio 2009

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El recuerdo de nuestra corta estancia, pero intensa a la vez, en Las Palmas de Gran Canaria no puede ser más entrañable y atractivo. Septiembre de 2008; y sentí nos faltaran horas de vuelo con tal de llegar antes. Al poco tiempo de alcanzar tierra firme, partía hacia Tenerife nuestro estimado Luis Durango Pérez, responsable de Comunicación Corporativa en la COMPAÑÍA CERVECERA DE CANARIAS, S.A. Al menos, desde estas líneas, dejo constancia del recíproco interés por contactar, y mi gratitud. Además de sumar esta enhorabuena, como otras anteriores felicitaciones que han llegado a su despacho, a su empresa, por la publicación de un interesante trabajo de investigación titulado: La industria cervecera en Canarias. Desarrollo y evolución de la marca Tropical, 1924-1993. Sus autores: Santiago de Luxán Meléndez (catedrático de Historia de la Economía, en la U.L.P.G.C.) y José Luis Quesada González (profesor colaborador también en dicha Universidad)

Digo bien investigación, porque con este tipo de publicaciones, fomentadas desde la propia cervecera, es como mejor se puede dejar constancia histórica de esta singular industria en Canarias; referencias por lo general muy escasas en España. No en balde, la publicación que les cito, con Depósito Legal en 2005, ha recibido merecidamente varias citas destacadas –entre otras- por la Asociación Española de Historia Económica, o la Biblioteca de la Universidad de Cantabria.

No es de extrañar que su prologuista, Francisco Comín Comín, doctor en Ciencias Económicas (Universidad de Alcalá de Henares), aceptara con sumo placer ese encargo, toda vez que -salvando diferencias- este comentarista ha disfrutado igualmente al comprobar la calidad investigadora de un equipo de profesores realizando su trabajo al amparo del Programa Innova Canarias (1998-1999), y su previa publicación en la prestigiosa revista VEGUETA que edita la Facultad de Geografía e Historia, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Congratulaciones también para dicha institución, toda vez que desde Internet se puede “descargar” del

citado boletín, en su núm. 5, el documento (págs. 217 a 235) que es la base inicial del libro aquí comentado merced la monografía titulada: Cerveza Tropical: de Pequeño Negocio Familiar a Empresa Multinacional, 1924-1993, publicada en el año 2000, siendo igualmente sus autores los anteriores citados.

Partiendo de esa clara literatura en economía -nada más que diecinueve páginas iniciales- hasta conseguir editar un ejemplar de 240 páginas, tan bien diseñado, y pleno de una historia empresarial muy determinada, a este comentarista le surgen pocas o ninguna consideración crítica posible. No es un libro propiamente comercial; no es una publicación de marketing activo; y tal vez parezcan escasas sus ilustraciones ante esa premisa de que una imagen vale más que mil palabras.

Pero no es este el momento, y sí la hora de reconocer que estamos nuevamente ante un modelo de evolución histórica, donde los citados profesores relatan -con tratamiento historiográfico- el desarrollo de una empresa cervecera que ha pasado por diferentes etapas industriales hacia la modernización: primero un pequeño negocio familiar, después fue sociedad de responsabilidad limitada, luego sociedad anónima, y finalmente multinacional.

El estudio publicado bajo el copyright de la actual compañía canaria, se abre al lector con el saludo y presentación de su consejero delegado, don Alfonso J. Bosch Collantes de Terán. A partir de ese instante, nada menos que cinco capítulos y más de sesenta apartados, desmenuzan concienzudamente toda una historia construida partiendo de diferentes archivos y registros: Libros de Actas, de Juntas Generales, de Consejos de Administración, Inventarios y Balances, Escrituras, Memorias, Informes Técnicos... Fondos del Museo Canario, Instituto Nacional de Estadística, Dirección General de Aduanas, Cerveceros de España, o conversaciones con personajes decanos.

Como bien dice el titular, se trata de “La industria cervecera en Canarias”, con lo cual el estudio se inicia antes de la primera Guerra Mundial, con la fundación de La Salud, en 1910, siendo en 1924 cuando SICAL inaugura La Tropical, y ambas precisamente en la ciudad de Las Palmas. Después, van pasando los años hasta que en 1939 se constituye la sociedad Compañía Cervecera de Canarias, y ésta empieza en 1948 su producción de cervezas en Tenerife. Con lo cual, el detalle entre competencias de una y otra marca, hace posible conocer su capacidad de producción, tipos de envases o mercados que llegaban incluso hasta Gibraltar, Ceuta, Melilla, Sahara, Guinea Ecuatorial y Sierra Leona, bajo un sencillo eslogan: “Tropical, la cerveza sin rival”.

Cabe comprender, por tanto, al tratarse de un estudio extraordinario de desarrollo económico local, muy en particular de la industria cervecera, y de otras empresas emergentes relacionadas con la alimentación, se incluyan atractivos gráficos comparativos: producción y venta de hectolitros (Tropical y La Salud), relación entre Canarias y su producción a nivel nacional, maquinaria, enseres… que a la postre viene a ser un valioso documento recopilatorio para futuros estudios respecto a la pujante industria cervecera en Canarias.

Y dados los tiempos globalizadores que empezamos a vivir mediados los años ochenta -merced la apertura de nuestra economía- Tropical fue participada primeramente por Guinness en 1991, mediante su cervecera filial en España como fue el Grupo Cruzcampo, S.A. Un par de años más tarde (1993) sería absorbida por su principal competidora en Tenerife (CCC) uniéndose así las marcas Dorada y Tropical. Hoy la propietaria de ambos mostos es subsidiaria de la internacional SABMiller, una de las cerveceras más grandes del mundo; grupo nacido de la fusión en 2002 entre South African Breweries (SAB) y la estadounidense Miller, con intereses y acuerdos de distribución en más de 60 países en los 6 continentes.

Prácticamente, estimados lectores, les he relatado a grandes rasgos casi un siglo de trayectoria empresarial, desde ese rincón en Canarias que más de uno llevamos junto al corazón. Propongo pues, a sorbos cortos, degustar todos una rica copa de rubio caldo y fresca espuma blanca, celebrando la publicación de este interesante testimonio de nuestra industria cervecera. Salud.